Una empresa sostenible es aquella que opera buscando equilibrar tres cosas al mismo tiempo: generar ganancias, reducir su impacto ambiental y aportar bienestar social. En palabras simples, es una empresa que crece sin destruir recursos, usa la energía y el agua de manera eficiente, gestiona sus residuos y toma decisiones pensando en el futuro, no solo en el beneficio inmediato.
Ser sostenible no es solo “ser verde”; implica medir riesgos, planificar a largo plazo y evitar pérdidas económicas por crisis ambientales, energéticas o regulatorias.
¿Por qué es importante para la República Dominicana?
La sostenibilidad empresarial es clave para el futuro económico y social del país por tres razones principales:
- Impacto ambiental directo: sectores como turismo, construcción, industria y agricultura dependen de agua, energía y ecosistemas saludables.
- Competitividad internacional: cada vez más mercados exigen productos y servicios con criterios de sostenibilidad, especialmente Europa y EE. UU.
- Resiliencia económica: el Country Climate and Development Report 2023 del Banco Mundial afirma que la RD es “altamente vulnerable al clima”, lo que implica que las empresas deben gestionar riesgos para evitar pérdidas operativas y financieras.
El panorama actual: ¿qué dicen los datos oficiales?
1. El marco regulatorio está cambiando
- En 2024, el Ministerio de Medio Ambiente y la Superintendencia del Mercado de Valores publicaron la Taxonomía Verde de la República Dominicana, un instrumento que define qué actividades pueden considerarse sostenibles. Es la base para atraer inversiones verdes y exigir reportes ambientales más claros.
2. La evidencia muestra que la sostenibilidad será una exigencia competitiva
- El Banco Mundial destaca que la adaptación climática en sectores como turismo, agricultura y energía no será posible sin la participación activa del sector privado.
- Según el Banco Central, los costos energéticos representan entre 20 % y 40 % de los gastos operativos de muchas industrias. La eficiencia energética puede reducir esos costos hasta un 30 %, dependiendo del sector.
3. Brechas claras en las capacidades de las empresas (especialmente PYMES)
- Encuestas regulatorias de la Superintendencia de Bancos muestran que mientras las grandes empresas ya trabajan con indicadores ESG y análisis de riesgo climático, más del 60 % de las PYMES no cuenta con personal técnico para implementar políticas ambientales.
- Un diagnóstico de la PUCMM y el CONEP señala que muchas empresas “no miden su consumo energético ni su huella de carbono”, lo que limita su acceso a financiamiento verde.
4. Plataformas públicas-privadas ya están apoyando la transición
- Empresas Sostenibles RD (CONEP + PNUD) ofrece herramientas para medir emisiones, crear políticas de sostenibilidad y vincular acciones empresariales con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
- El Ministerio de Medio Ambiente y el PNUMA están implementando pilotos de la Taxonomía Verde para que las empresas aprendan a categorizar y reportar actividades.
¿Qué están haciendo las empresas dominicanas hoy?
1. Energía y eficiencia
- Cadenas hoteleras, zonas francas y empresas industriales están instalando paneles solares, optimizando sistemas de frío y reduciendo consumo eléctrico.
- La Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica estima que las empresas han instalado más de 700 MW en sistemas solares fotovoltaicos privados en la última década.
2. Reportes ESG y gobernanza corporativa
- Emisores del mercado de valores, bancos y grandes grupos económicos han incorporado reportes ESG motivados por regulaciones de la SIMV y estándares internacionales.
3. Proyectos verdes financiados por multilaterales
- Líneas de crédito verdes con bancos de desarrollo permiten a industrias invertir en adaptación climática, eficiencia hídrica o renovables.
4. Medición de impacto ambiental
- Empresas de manufactura, agroindustria y turismo utilizan herramientas de medición como RDuceTuHuella, impulsada en espacios de capacitación público-privados.
La República Dominicana tiene avances importantes: un marco regulatorio moderno, una taxonomía verde, plataformas empresariales activas y una creciente demanda de mercados internacionales. Sin embargo, para que las empresas realmente lideren la transición sostenible, el país necesita:
- Capacitación técnica masiva para PYMES.
- Financiamiento verde accesible y con menos barreras.
- Datos ambientales más sólidos y mecanismos de verificación.
- Políticas públicas coherentes y estables que den confianza al sector privado.
Las empresas ya están dando pasos. Pero la sostenibilidad no será un “extra”, sino un requisito para competir, innovar y sobrevivir en un entorno climático y económico cambiante.
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