Movilidad sostenible en República Dominicana: avances visibles, obstáculos profundos y la urgencia de transformar las ciudades

La movilidad sostenible es la manera de mover personas y mercancías de forma segura, eficiente y con menor impacto ambiental, priorizando el transporte público, los viajes a pie y en bicicleta, y sistemas urbanos que reduzcan la congestión y las emisiones. En palabras simples: que moverse por la ciudad sea fácil, rápido, seguro y menos contaminante para todos.

¿Por qué importa para la vida diaria y la economía?

La forma en que nos movemos define el tiempo que perdemos en tapones, la calidad del aire que respiramos, la productividad laboral y la seguridad en las calles.
En República Dominicana, el transporte representa una de las principales fuentes de contaminación y uno de los mayores costos sociales debido a la siniestralidad vial. Cuando las ciudades no funcionan, la economía también se frena: se pierde competitividad, se encarecen los servicios y disminuye la calidad de vida urbana.

Diagnóstico: una demanda creciente y un sistema que no avanza al mismo ritmo

1. Un marco de planificación ya existe

El Plan de Movilidad Urbana Sostenible del Gran Santo Domingo (PMUS), elaborado por INTRANT y SYSTRA, define la hoja de ruta para integrar el transporte público, reorganizar rutas y promover modos no motorizados. Este documento ya sirve como base técnica para corredores prioritarios y futuras redes.
Fuente: INTRANT, “PMUS Gran Santo Domingo”.

2. Un parque vehicular que crece sin control

El país cerró 2024 con aproximadamente 6.19 millones de vehículos, de los cuales 57% son motocicletas, según la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). La mayor concentración está en el Distrito Nacional, Santo Domingo y Santiago.
Este crecimiento impulsa congestión, contaminación y accidentes, especialmente en zonas densamente pobladas.

3. Transporte masivo con demanda comprobada

El Metro de Santo Domingo registró más de 100 millones de viajes en 2023, según reportó Diario Libre a partir de datos de la OPRET. Este comportamiento confirma que, cuando hay un servicio rápido, seguro y confiable, los usuarios responden.

4. Apoyo multilateral en marcha

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) financia estudios y pilotos para consolidar Sistemas Integrados de Transporte Público (SITP) en Santo Domingo y Santiago, con diseños para corredores BRT y mejor integración entre modos.

Problemas estructurales: las barreras que no dejan avanzar

1. Fragmentación e informalidad

Gran parte de las rutas urbanas son operadas por sindicatos o asociaciones sin integración tarifaria ni estándares unificados, lo que provoca solapamientos, ineficiencia y baja calidad del servicio.
Fuente: Gabinete de Transporte.

2. Déficit de infraestructura segura

La falta de aceras continuas, ciclovías protegidas y conexiones entre modos limita el uso de alternativas sostenibles como caminar o pedalear.

3. Finanzas insuficientes

Aunque existen préstamos del BID, AFD y Banco Mundial, los recursos no alcanzan para cubrir operación, mantenimiento e infraestructura complementaria, esenciales para sostener sistemas integrados.

4. Seguridad vial crítica

República Dominicana continúa entre los países con mayores tasas de mortalidad vial en la región. El Pacto Nacional por la Seguridad Vial (2025) resalta miles de muertes anuales que podrían evitarse con fiscalización, infraestructura segura y educación.
Fuente: El País.

Proyectos en ejecución: señales de cambio

• PMUS – Gran Santo Domingo

Un modelo de demanda actualizado y propuestas concretas para corredores estructurantes y mejoras institucionales.

• Sistemas Integrados de Transporte Público (SITP)

Pilotos y estudios financiados por el BID y la AFD para corredores BRT en Santo Domingo y Santiago.

• Metro y cable

Expansiones en planificación y proyectos complementarios de electrificación y mejora de seguridad vial.

• Pilotos de movilidad eléctrica

Pruebas con flotas públicas, taxis y rutas de transporte escolar más eficientes.

Ejemplos concretos en el país

  • Expansión del Metro: la Línea 2C en planificación mejora la conectividad con Santo Domingo Oeste.
  • Corredores BRT en estudio: los análisis del BID priorizan rutas con alta demanda para reorganizar flujos y reducir tiempos.
  • Proyectos municipales de ciclovías: iniciativas en el Distrito Nacional buscan habilitar tramos seguros para bicicletas, aunque aún sin continuidad suficiente.
  • Modernización de flotas: pilotos de autobuses eléctricos en rutas urbanas apoyados por cooperación internacional.

Indicadores clave para saber si estamos avanzando

Al menos siete indicadores permiten a cualquier ciudadano o autoridad evaluar resultados reales:

  1. Participación modal: porcentaje de viajes en transporte público vs. privado.
  2. Kilómetros de servicio por habitante: mide cobertura real.
  3. Tiempo promedio de viaje al trabajo.
  4. Emisiones de transporte urbano (tCO₂eq).
  5. Muertes por accidentes viales por cada 100.000 habitantes.
  6. Porcentaje de flota pública electrificada.
  7. Accesibilidad a servicios esenciales en menos de 30 minutos.

La República Dominicana ya cuenta con planes, proyectos y apoyo internacional para transformar su movilidad urbana. Sin embargo, la combinación de instituciones frágiles, crecimiento acelerado del parque vehicular, informalidad operativa y escaso financiamiento sostenido amenaza con frenar cualquier avance.

Para lograr un sistema realmente sostenible, las ciudades necesitan:

  • Integrar el transporte público bajo un solo esquema tarifario y operativo.
  • Invertir en infraestructura segura para peatones y ciclistas.
  • Fortalecer la fiscalización y la seguridad vial.
  • Publicar datos periódicos para monitoreo y rendición de cuentas.
  • Apostar por la electrificación gradual del transporte público y taxis.

La movilidad sostenible no es solo un proyecto técnico: es una garantía de calidad de vida, productividad y desarrollo urbano moderno.

Te podría interesar: Tres desafíos estructurales del desarrollo sostenible en el Caribe

Artículos recientes